Aposté la carta y me fuí a pleno.
Tengo un parche que me agita el pecho
duerme y viaja conmigo, me trae
aclamando la sed, palpito y jubilozo.
La angustia de no verme se rajó, se fué,
buscó refugio en el pasado y la duda
- porque donde caen gotas de rocío no siempre se escarcha -.
Los días como hojas, los libros como almanaques
la vida que llega y se eleva en el ancho, la baqueta.
Alzo la mano y caigo,
soy la estela de los pasos que me anteceden,
y en ellos bailo.
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