Denso
Por la fisura misma donde quebrás partiendo mitades,
multiplicadora máquina que muele rincones malogrados
quietudes a la espera
fulminantes testigos viendo todo roer.
La gota machaca la piedra hasta socavarla,
perforadora sustantiva tenaz y perpleja, así
mi angustia fue angustia de otros, muerdepolvos
penetrados a tajo liso y sin fondo dentro del cuero, curtidos.
Otros que ansíos se buscaron, ajenos y corruptos a dar y recibir
egoístas de cuidarnos solos, vagabundos de ser en lo marchito
barcas remeras del lodo, aliento en el aire pesado y húmedo
en el aire mercurio que no circula nunca.
Las palabras
Me siento acá, y nada sale
hago mi trabajo diario y me hurgo insipiente en la búsqueda
que es mucha y no acaba, y alborota el día en el sincero.
Las palabras son cuerpos vacíos, las llenan los sentimientos
mausoleo de sentires en letras que huele dulce y fulgor
lamparita, cuando luz y semilla,
y apesta a huesos muertos, a carne podrida cuando apaga.
Las palabras me queman en la hendija indagadora.
En la ciudad
Doblo la esquina, reparto el aire que se acumula
en plena cuidad desolan seres como huidos.
Quien cobija el cuerpo en su destino de polvo y gusanos?
Quien acompaña sobre el surco pa’ no ser solos? Huérfanos de horizonte.
Ensordecidos a bocinazo limpio y tumultuoso, a auricular barato
desechable, made in china, valor de la vida globalizada.
Viajan piernas, brazos atajos de distancia, espaldas, manos de uñas pintadas,
rodillas robustas, sueños huecos, aniquilados de olvido, ojos estupefactos y estúpidos
senos perfumados, labios inagotables y porfiados que esgriman palabrotas de nada.
Un niño viste el asfalto cuajando el crepúsculo en el misterio
una paloma picotea del piso migajas ángelas como tesoros arrimados
el sol pega en los ojos. Una mariposa partirá la mañana.