[el poeta que no habla y se dibuja en la acuarela del lápiz
al vaivén de la lapicera]
Son las tres y el ángel de tu mano me sujeta
germinal y fecundo en la siesta
es de vos mi recuerdo traído a tus pechos
palomas de olas y anido.
Yo tengo mi voz de callada, mis canciones
trapo izado y flameador al viento de tu boca
nacido de este tiempo a tus labios compañera
tu decir de cantora, tus amores, tu dolencia.
Casi acabo por dormir a párpado muerto
me desplomo, cierro y te veo,
hace noches te tuve, desnudez
estrujo que alimenta y vacía los pulmones.
Son las tres y quince y tu sombra es un perfume
que aún ocupa mi almohada.
Aguijón
La niña de tus labios a clavado su aguijón en mi solapa
la llevo venidera y cautiva
ella despierta un invierno de hastío
clava la muerte a la vera del camino, no se persigna por nada de eso.
Mi desierto de semilla, de aljibe y otoño
despierta y muda sobre tus labios, alcobas de susurro y bocanada
ángeles milagreros, escobas de barrer
el patio de la casa.
Países
Decime de vos tus países, tu norte
tu manto nocturno alazán, donde se descuelga el ocaso
tus pechos de flor y flor, de granos café perfumados
tu cardinal de huraño, tu terruño.
Si paso por ellos arroyo travieso. Orado!
De mí tomás y bebés, y a vos debo el continente.
Me ven pasar, me escuchan y huelen, se quedan
prisioneritas se estelan e iluminan, tus geografías
se reparten mis extensiones y me miran
mis manos a tus montañas esculpiendo arcillosa tu cintura,
mi derrame, hacia el barro húmedo y genital
que acaba por rodearme oceánico como un abrazo,
mis pies a tu raíz austral y finitiva.
Paso a paso como labriego te camino, convite de sol
descubro tu suelo fértil, tu tierral
me hundo en la pica, en el rastrillo me abandono
a la distancia de tu sonrisa y broto.
Tengo una sed entera de vos
soy un río forastero
que cruzando une tus desconocidas fronteras.